El éxito a la hora de abrir una tienda va a depender en gran medida de una adecuada ubicación. Cuando se elige donde situar un establecimiento se elige también un tipo de clientela potencial y real, con un determinado poder adquisitivo y al mismo tiempo, unos competidores. Esto va a determinar y mucho la estrategia comercial que después tendremos que seguir. Tanto si estás en proceso de selección de local como si ya estás establecido es importante tener en cuenta una serie de variables que van de lo más general, de la elección de la localidad, a lo más concreto, el barrio o zona y la ubicación concreta que tenemos o le daremos a la futura tienda.
Lo primero, selecciona la localidad
Lo primero que hay que hacer para decantarse por una localidad u otra es analizar el nivel de saturación del sector en que se va a entrar a competir. Esto se puede hacer teniendo en cuenta la cantidad de establecimientos que existen de dicho sector por cada 1.000 habitantes. Además de esto habrá que valorar:
- Tamaño de las áreas comerciales: Conocer cuál es el área de influencia comercial de cada localidad, desde un punto de vista administrativo y también natural.
- Poder de compra y potencial de ventas: Características referidas a la población, los datos demográficos y socioeconómicos de cada localidad son importantes para valorar e identificar la clientela potencial de la tienda a abrir. Esta información se puede obtener por ejemplo, a través del Instituto Nacional de Estadística. Para averiguar el poder de compra de esa clientela potencial se puede recurrir a publicaciones especializadas y a estudios de mercado.
- Economía local y competencia existente: Conocer cuáles son las fuentes de riqueza de cada localidad es importante en el proceso de decisión de la ubicación de una tienda, ya que esas fuentes pueden ser seguras y permanentes o más variables y dependientes de ciclos económicos. Lo mismo sucederá con los competidores que ya están instalados. En ambos casos puede ser de gran utilidad analizar directorios comerciales, la observación directa o cualquier conversación informal con gente de la zona puede darnos muchas pistas.
Elige una zona dentro de la localidad
Una vez escogida la localidad, habrá que ir más allá y concretar en qué parte de la misma se ubica la tienda, para eso, en este caso conviene analizar:
- El poder de compra de cada zona. Aunque lo hayamos analizado en global, habrá diferencias y matices dependiendo de distritos o barrios.
- La adaptación del concepto de tienda a la zona. No dispondremos de las mismas opciones si abrimos en un centro comercial (locales expresamente preparados para la actividad comercial, generalmente de grandes dimensiones) que si lo hacemos en un local céntrico (que puede haber albergado cualquier otro tipo de negocio o ser más pequeño).
- Existencia de asociaciones comerciales. Es interesante detectarlas cuanto antes porque pueden proporcionar información muy valiosa en el proceso además de dar soporte y ayuda en todo el proceso y los trámites administrativos que se requieren.
- Regulaciones y restricciones. Dependiendo de la zona donde queramos ubicar la tienda (centro histórico, zona turística) es posible encontrar limitaciones o condiciones con las que cumplir, por ejemplo trabajos de remodelación o construcción del local, horarios de obligatorio cumplimiento, etc.
Selecciona un lugar específico dentro de la zona
Hay cuatro factores de vital importancia a la hora de elegir una ubicación concreta para la tienda:
- Cantidad y calidad del tráfico: Con esto nos referimos tanto al tráfico de vehículos como a los peatones y las razones por las que ese tráfico se genera, es decir, porqué esos clientes potenciales pasan por la posible ubicación de la tienda, en los diferentes horarios en los que estará abierta.
- Tiendas y comercios vecinos: Puede ser interesante ubicarse junto a establecimientos complementarios al que se quiere abrir. Por ejemplo, el mejor vecino de una boutique puede ser una tienda de complementos de moda.
- Facilidad de acceso y aparcamiento: Lo ideal es que el cliente pueda encontrar aparcamientos adecuados, accesibles y a ser posible gratuitos cerca de donde queremos situar la tienda.
Se hace por tanto, muy necesario un análisis previo, con este recorrido para determinar el lugar idóneo para abrir una tienda con ciertas garantías, para adecuar nuestra propuesta en concepto, oferta de producto, consumidor y ubicación concreta para, de este modo, ser competentes en un mercado y economía como la actual. Del mismo modo, se deben analizar estas variables para determinar si el negocio, la tienda actual, goza de la ubicación más apropiada o sería beneficioso replantearse un cambio en busca de mejores resultados.
Así lo hacen grandes marcas que al haberse visto tan mermado el consumo en las periferias de las ciudades donde reside la clase media, han cerrado muchos puntos de venta en estas zonas, para concentrar la inversión en el centro de las grandes ciudades donde gracias al tipo de población (joven, urbana, con trabajo) y al turismo, el consumo se mantiene. Hay que tener en cuenta que muchos comercios tradicionales con ubicaciones excelentes han echado el cierro y existen locales disponibles con precios más competitivos; puede ser una buena estrategia de venta y de posicionamiento de marca valorar la reubicación.
¿Y tu que piensas sobre todo esto? Nos encantaría que te animases a dejar tu opinión más abajo en los comentarios =)
Fotos vía Pinterest.
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