Los maniquies son la mejor herramienta que existe a la hora presentar prendas de ropa. Ellos también tienen sus modas y van cambiando. Hay que tener en cuenta qué tipo de ropa tienen que lucir antes de elegirlos. El estilismo y la forma de agruparlos es clave para el resultado final del escaparate.
Cómo elegir los maniquíes para tu tienda
A la hora de elegir un maniquí y comprarlo tendremos que tener en cuenta algunas cosas ya que suelen ser piezas caras que tardearemos años en renovar y que tienen que servir para promover el estilo y la moda que vendemos. Tanto si necesitamos uno como si necesitamos doce, tenemos que pensar para qué los vamos a utilizar, dónde los vamos a colocar y si sus poses son correctas para el tipo de prendas van a llevar.
Si tenemos una boutique de lujo tendremos que elegir un maniquí de postura elegante que nada tendrá que ver son el que utilicemos para vender ropa de deporte. Si no vamos a contar con los servicios de un profesional para los cambios de escaparate, yo recomiendo elegir una gama de maniquís fáciles de vestir, con poses sencillas y fáciles de adaptar a cambios de estilo y temporadas.
También existe la opción de utilizar bustos, tradicionalmente se ha usado siempre más en sastrerías y tiendas clásicas de confección femenina pero en los últimos años hemos asistido a un auténtico revival de estos soportes que se han mezclado con maniquís, incorporado a escaparates y exposiciones interiores, no dejan de ofrecer un estilo sencillo y elegante con un coste considerablemente inferior al de los maniquís.
Vestir un maniquí
Vestir a un maniquí no es tan fácil como parece, a menudo son figuras bastante pesadas y según la pose que tengan son difíciles de manejar, es recomendable situarlos prácticamente en el sitio donde van a exhibirse y primero desmontarlos en sus distintas partes.
La ropa debe estar perfectamente planchada antes de empezar a vestirlos, yo en algunas tiendas utilizo una plancha de vapor vertical, pero nada como la tabla y la plancha de toda la vida.
Pondremos lo primero las piernas del maniquí al revés, con los pies hacia arriba para poner medias o calcetines (si los llevase), pantalones y zapatos. Para los maniquís femeninos tendremos que fijarnos en los empeines, si son muy pronunciados nos obligarán a buscar un tacón apropiado. En el caso de las faldas, si no son muy estrechas pueden ponerse por arriba.
Una vez vestida esta parte se le da la vuelta, se coloca en su posición normal y se fija al suelo mediante el sistema que se utilice. Incorporamos el torso y lo vestimos. En la temporada de verano esta operación es más sencilla pero en invierno se complica. Colocaremos las prendas con las mangas una dentro de las otras, por ejemplo, mangas de camisa dentro de las mangas de la chaqueta para luego introducir con cuidado los brazos y encajarlos, seguidamente colocaremos las manos.
Será el momento de ajustar las prendas al maniquí con alfileres si es necesario, es bueno llevar siempre alguno enganchado a tu propia ropa para poder echar mano de ellos rápidamente. Tenemos que revisar desde la perspectiva del espectador que no hay hilos ni ningún detalle que haya que corregir.
Estilismo
Esto es importante. Aquí la arruga es bella, quiero con esto decir, que trabajar las prendas creando arrugas y pliegues de aspecto natural da realismo al maniquí y a la exposición, la pose puede inspirarnos para lograr estas formas. Otros truquitos son pegar papel de seda en las piernas del maniquí para dar volumen a una falda o meter alambre fino en las costuras de faldas y otras piezas para dar movimiento.
Colocaremos los accesorios. Si por ejemplo giramos una mano para poder colgar un bolso, colocaremos una pulsera o varias para tapar el desnivel que se produce entre el brazo y la mano, si el maniquí no tiene agujeros en las orejas podemos utilizar adhesivo de doble cara para sujetar pendientes. También con esta cinta podemos sujetar las pelucas y las medias.
Si queremos crear verdaderos looks, peinaremos y pintaremos a nuestros maniquís, sobre todo en el caso femenino, hay que tener mucho cuidado porque el maquillaje tradicional se derrite con el calor de los focos, se debe utilizar pintura que sea fácil de retirar. Para peinar y maquillar nos inspiraremos en las revistas y tendencias del momento, creando estilismos acordes con las prendas que hemos elegido para exponer.
Colocación de los maniquíes
Los maniquís siempre son creados por colecciones y diseñados para interactuar unos con otros con sus poses. Si tenemos un maniquí con la mano en la cadera tendremos que colocarlo junto a otro cuya postura se adapte bien al primero. De esta manera, en grupo, el efecto es más espectacular y conseguimos que el comprador contemple una exposición de más productos.
Es recomendable que los grupos sean impares porque funcionan mejor que los pares. Pero si por ejemplo tenemos un escaparate con seis maniquís, una buena agrupación sería uno solo, otro grupo de dos y otro de tres, siempre habrá un maniquí estrella, todo lo más dos en un escaparate, los demás funcionarán de apoyo a la composición.
Pondremos los maniquís que lleven pantalones detrás de los que lleven faldas, de modo que se vea esta última, por ejemplo los abrigos cortos deben ir delante de los largos. Estos grupos, nos ayudan a inspirar al comprador y de alguna manera asesorarle, presentando diversas opciones y formas de combinar la prendas que se correspondan a las tendencias del momento.
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